jueves, 6 de mayo de 2021

Homenaje a los que votábamos a Ciudadanos… tiempo atrás.

 

Empezamos a votarles en Cataluña, cuando el nacionalismo obligatorio se hace completamente asfixiante. Un pequeño grupo de intelectuales provenientes del PSC (sector no nacionalista) se harta y decide montar una plataforma para promover un partidito. Arcadi, Boadella, Félix Ovejero, Francesc de Carreras, Teresa Giménez Barbat, escritores e intelectuales conspiran en un restaurante de la Plaza Real de Barcelona, el Taxidermista, que ya no existe.

Comienzan de cero, con un doctorando de Francesc de Carreras como candidato en pelotas. Sin medios. Sin televisiones. Sin ayudas. Sin prensa. Tres diputados al parlamento catalán. Toma 3 TV3. Un soplo de aire fresco y un clavo ardiendo para los no nacionalistas.

Recuerdo que los catalanistas nos traían autobuses de niños de instituto comandados por algunos mayores a tirarnos meados con spray y llamarnos de todo a los que entrábamos o salíamos de los reducidos mítines que daban en teatros y sitios pequeños. Me hicieron una foto con una cámara de aspecto carísimo al salir de un mitin de Ovejero en Martorell. Allí nos enseñó lo que era el PUC (Partido Unificado de Cataluña compuesto por todos los partidos incluidos el PSOE y el PP). Je.

Se creció, y se creció hasta lograr ser el partido más votado en Cataluña. Entonces se hartaron de Barcelona y alguien les convenció de dar el salto a Madrid. Mejor vida para esos valientes, y desolación para sus votantes.


Por el camino se cometieron errores y rectificaciones no excesivamente graves. Se colaron progres en el partido como Carolina Punset, e independentistas que acabaron de candidatas en Cataluña, como Lorena Roldán, pero ¿quién no tiene un pasado en esta época cibernética?

La eurodiputada Carolina Punset deja Ciudadanos con una dura carta

Y así hasta que llegan las elecciones y Albert Rivera se niega a pactar con Sánchez -que nunca quiso pactar con él porque siempre deseó liderar el Frente Popular-. Pero tres días antes de las elecciones, alguien convence a Albert de ofrecer un pacto sin condiciones a Sánchez. Descalabro.

Es curioso que toda la prensa de Madrid -toda toda, toda-  dijo que el problema de Ciudadanos era no haber podido pactar con el PSOE (que no quería pactar con ellos). No fue así. El problema fue ese ofrecimiento de pacto sin condiciones a última hora. Cuando se juega al gallina, el que se raja primero pierde. En ese momento mucha gente dejó de votarles o cambió el voto a VOX o al PP.


Albert se va, y Doña Inés se entrega a Don Pedro. Sin condiciones, totalmente, con el apoyo de Pedro J. Ramírez y algunas decisiones humillantes que nadie debería tener que soportar, y que dan vergüenza ajena. Viraje en redondo en temas de género, desplantes a VOX, aceptación de pactos con comunistas y separatistas. Alguien los convence de que pueden ser el nuevo Centro Democrático y Social. Y efectivamente, lo consiguen. Ridículo en las catalanas y fuera del parlamento de la CAM.


¿Cómo alguien que comienza a ser votado por su negativa a tragarse las ruedas de molino nacionalistas y de izquierda radical se convence de que su supervivencia reside en ser fieles al PSOE? No me lo explico. Los votantes nos fuimos tiempo ha. Si resistimos las ruedas de molino nacionalistas, no te digo nada sobre las ruedas de molino progres.

Ya no estamos. Una pena. Una oportunidad perdida. Tiempo regalado a los totalitarios. A las televisiones. A los periódicos deficitarios. A Pedro J. Al Ibex. Al PUC.



Descanse en paz, Ciudadanos. Como el CDS cuando lo abandonó Suarez y lo adquirió Mario Conde, vivirá dos o tres elecciones más de fracaso en fracaso. Los que puedan se irán colocando en otros partidos tipo PSOE o PP. Y los que no puedan, desaparecerán de la vida política, lo que no tiene por qué ser malo.


Adiós, Ciudadanos. No les acompaño en el sentimiento.

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