martes, 31 de marzo de 2020

CORONAVIRUS

Estoy siguiendo la situación en España por Twitter. @MatthewBennett, @CarlesEnric y José Maria Guardia ( @JMGuardia ) son mis fuentes de información principales.

Veo con desesperanza como no se consigue controlar el brote tras tres semanas de encierro. Veo como cada vez más personal sanitario se va contagiando y como recurren a médicos y enfermeros reservistas y retirados. Pero siguen sin proporcionarles los equipos de protección adecuados, por lo que duran muy poco sanos.

El COVID-19 nos ha metido en una guerra en la que se debe luchar de forma coordinada. Parece lógico que los sanitarios sean la primera línea de defensa. Todos los recursos y protecciones deben dirigirse a ellos. Y su primera misión es hacer de los hospitales zonas limpias de SARS CoV-2. Zonas bajo control. Los enfermeros deben ser sometidos a constante chequeo y análisis para evitar que se contagien, y contagien a su vez a los pacientes. Deben descansar en zonas limpias del hospital o cercanos al hospital, y mantener a los enfermos en zonas acotadas y controladas.

Desde los hospitales, hay que trabajar sobre mapas dinámicos definiendo green zones. Zonas libres de coronavirus sin restricciones ni confinamiento. Y zonas sucias que deben quedar completamente aisladas, las personas confinadas, y los servicios comunes deben trabajar para eliminar la epidemia.
El objetivo es agrandar las zonas limpias, y limpiar las zonas sucias. Poco a poco y zona a zona.
Para esta labor, el ejercito es crucial. Son los que saben hacerlo. Y las aplicaciones de móvil sirven para conocer donde hay posibles focos de infección que deben ser identificados, aislados y tratados.
Nada se está haciendo. Incluso lo básico, proteger a los sanitarios, no está conseguido.

No sabemos cuanta gente en realidad está contagiada. Los contagiados oficiales (tras prueba) no son sino una pequeña parte de la realidad, porque no hay test suficientes. Podríamos estimar los contagiados reales, conociendo los muertos producidos. Pero tampoco estamos seguros de cuantos muertos se han producido.

La cifra de muertos oficiales está en entredicho. Parece ser que sólo son adjudicados al coronavirus poco más de un tercio de los muertos que produce. Según el Registro Civil de Soria, la media de muertos en Marzo de los últimos cinco años es de 46. En Marzo de 2020 han registrado la muerte de 160 personas. Solo hay 40 muertos oficiales por COVID-19 en Soria. Hay 120 muertos por encima de la media, de los que solo hemos certificado que 40 son debidos al coronavirus. ¿Y los 80 restantes? Estamos contando solo un tercio de los muertos que produce el coronavirus? Hay números similares en Igualada. Y en Aragón. Los números espantan. No sabemos ni contar a nuestros muertos.

En lugar de procurar atajar la pandemia, parece que todo el mundo se dedica al postureo oficial. Maquillaje de cifras, pocas acciones, información oficial escasa e incierta, y medios de comunicación de masas bajo control de subvenciones.

No luchar contra la pandemia con todos los medios a nuestro alcance retrasará la solución del problema, y multiplicará el sufrimiento y el número de víctimas. Y destrozará la economía del país. De poco vale que SEAT fabrique respiradores si Sanidad no los homologa. Que Inditex traiga material de protección y test rápidos si no se usan de forma adecuada.

Frente a esto, nadie tiene soluciones, pero si es necesario definir objetivos correctos y conseguir éxitos parciales. Es una guerra y faltan muchas batallas.