sábado, 21 de mayo de 2011

Edans - no hay que correr

edans
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Pretendemos cambiar la democracia y devolverla a lo que debió ser, a algo que ninguno de los que estamos estos días en la calle hemos llegado a vivir ni podemos recordar. Pero todos, salvo algunos que convendría aislar por el bien de todos, sabemos que queremos una democracia. Y una democracia se construye, o se reconstruye, respetando sus pilares básicos. No pidamos a los acampados ni a los concentrados que se conviertan en partidos y nos escriban un programa. No intentemos encuadrarlos en nuestra limitada visión de “izquierdas y derechas”, “rojos o azules”, porque eso, sencillamente, ya no tiene ningún sentido. Hablemos de cambiar unos partidos absurdos que no nos representan (como gritamos en las plazas, “¡¡que no, que no, que no nos representan!!”), con sistemas piramidales, burocráticos y dramáticamente corruptos que incentivan el pesebrismo, el culto al líder y el escalafón, y que se alejan de los ciudadanos para responder a intereses claramente prostituídos y a la permanencia en el poder. Hablemos de separación de poderes, claramente pisoteada y vulnerada una y otra vez. Hablemos de cómo manejamos el sistema de elección y representación evolucionándolo hacia modelos en los que el ciudadano tenga verdadero control sobre el proceso y capacidad de influir en el mismo en todo momento. Hablemos de gestión y supervisión, de transparencia. ¿Pueden los partidos tradicionales darnos algo así? A día de hoy, y viendo sus reacciones, la respuesta es NO.
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